domingo, 27 de noviembre de 2011

VISLUMBRANDO CAMINOS DE ACCIÓN MEDIÁTICOS


El presente ensayo busca su pretensión de validez en el análisis crítico de un conjunto de realidades actuales. Por un lado trataremos de abordar algunas de las características de la mutación mediática, tanto a nivel social como individual.  Por otro lado presentaremos al activismo mediático como una propuesta de algunos posibles caminos que aportan a la necesaria resistencia frente a la vorágine mediática audiovisual.  Enfrentar realidades ambiguas en lugar de huirlas, es la función del mencionado activismo mediático, pues aunque éste es parte de la mutación posthumana trata de desviarla, de impedir que con ella se pierda lo que hace digna y placentera la vida humana y lo que hace creativo el lenguaje.[1]
Debemos diferenciar en primer lugar la mutación cognitiva de la aceleración de la infósfera y el dominio económico y político de las grandes empresas mediáticas  globales. Indudablemente se ha reconocido la relación existente entre estos dos fenómenos, y la generación del uno, por medio del otro.  Es decir; la aceleración intencional de la infósfera genera la mutación mediática, mientras de esa manera se seleccionan los contenidos a percibir por parte de la “audiencia multimedia”, de acuerdo a los intereses de quienes dominan, a través de los medios, la economía y la política.  En esta mediamutación las formas de comunicación discursiva dejan paso a formas de comunicación configuracional y el pensamiento mítico tiende a prevalecer sobre el pensamiento lógico-crítico.[2]
La aceleración absoluta de la infosfera recorta drásticamente los tiempos que serían necesarios para la elaboración racional de una información, para traducir las reacciones inmediatas por medio de la verbalización y, sobre todo, para una elaboración emocional de los estímulos que proceden del entorno, de los cuerpos signo que nos rodean.[3]  Vemos aquí la gran importancia del análisis de la velocidad de Virilio, en el que se toma a ésta como una expresión importante del poder a lo largo de la historia y más ahora.  No solamente nos referimos a la manipulación de la información como dijimos antes, sino también a la velocidad como capacidad incluso bélica de expresar fortaleza y poder.
Hay que volverse crítico.  El impresionismo es una crítica de la fotografía y el género documental es una crítica de la propaganda. Así pues, hoy en día, hace falta inaugurar una crítica de las tecno-ciencias para hacer divergir y resistir.[4]  No podemos quedarnos cruzados de brazos, es necesario un pensamiento humanista que denuncie a lo que la mutación mediática nos expone; alienación a la democracia y a la libertad personal, de la mano de la pérdida de la capacidad crítica racional y consensual.   El amplio movimiento de resistencia creativa y de información independiente que ha tomado el nombre de activismo mediático es un intento de superar este callejón sin salida filosófico, cultural y político en el que ha acabado la izquierda.  Trata de redefinir la relación entre vida cotidiana e infosfera, por medio de la creación de redes de comunicación independiente, pero también por medio de la creación de escenarios mitológicos alternativos.  Trata de mantener con vida al ser humano pretécnológico, sino de traspasar a Antropos 2.0 la empatía, la solidaridad, la colaboración competitiva, la creatividad y, sobre todo, la sensualidad.[5]


[1] Berardi, Franco, en Lectura y tecnología, La Biblioteca 6, 2007.
[2] Cfr., Idem.
[3] Idem.
[4] Cfr., Virilio, Paul, El cibermundo, la política de lo peor, entrevista con Philippe Petit, Torema, Madrid, 1997.
[5] Cfr. Op. Cit. Berardi, Franco.

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