RESEÑA HISTÓRICA DEL CANTÓN LA MANÁ
¿Qué se
revisó?
Hemos revisado principalmente
algunas reseñas bibliográficas que enunciaremos a continuación, pero además,
podríamos decir que, esta información documental se ha contrastado con un par
de entrevistas hechas a personajes importantes del Cantón la Maná. Las personas entrevistadas han sido Angélica
Semanate, esposa de quien en vida fue Carlos Lozada, fundador de La Maná, y el
Arq. Germán Albán, historiador del Cantón.
Como primera fuente bibliográfica, encontramos el libro Visión histórica
del Cantón La Maná, de Victoria Beatriz Mora Segura, en la Biblioteca del
Instituto La Maná. En segundo lugar se
ha revisado una monografía previa a la obtención del Título de Guía Profesional
de Turismo titulada Propuesta de estrategias operativas y promocionales para el
desarrollo del Cantón La Maná, cuyo autor es el Ing. Juan Xavier Neira, de la
Universidad Técnica Equinoccial de Quito.
Además en torno a la Maná hemos revisado el PDOT de dicho cantón. Las afirmaciones hechas por Victoria Mora
Segura, en torno al trabajo de Emilio Estrada Icaza a cerca de la presencia y
migración de las Culturas Tolita, Milagro Quevedo y Tsáchilas, han sido
contrastadas en los libros: “Las culturas pre-clásicas, formativas o arcaicas
del Ecuador”y
en el texto de Coe Snow denominado América Antigua, encontrados en la
Biblioteca de la PUCE.
Por otra parte, dentro de
nuestro estudio hemos tratado de acercarnos bibliográficamente a las parroquias
de este Cantón, pero ha sido ciertamente complicado, pues éstas carecen de
investigaciones y análisis en torno a nuestro tema de investigación. Sin
embargo hemos podido encontrar un libro a cerca de Pucayacu titulado:
“Pucayacu, un testimonio propio.”, cuyo autor es Nestor Ascázubi. Junto a esto se han analizado los PDOT’s de
dicha parroquia rural y así como de su vecina más cercana, Guasaganda. A pesar de que no hemos profundizado en esta
síntesis la investigación sobre Pucayacu o Guasaganda, nos han servido para
contrastar información sobre La Maná.
¿Cómo se
revisó, o sea el énfasis?
En esta sección de trabajo
hemos tratado de enfatizar la mirada histórica, con lo cual podemos entender
que muchos datos hallados en la bibliografía, PDOT’s, o en las entrevistas que
no correspondían a esta perspectiva han sido discriminados.
¿Qué
hallamos?
Después de contrastar
información en las fuentes ya detalladas creemos que en tierras que hoy son la
Maná estuvieron los indígenas de la cultura Tolita, no podríamos determinar con
precisión en qué años exactamente fue su presencia en este sector, debido a que
se carece de estudios arqueológicos que respondan a esta interrogante, sin
embargo sabemos que el auge de esta cultura fue entre los años 600 a.C. y 400
d.C. en la costa de nuestro país. Cabe
resaltar que es muy común encontrar remanentes de Tolas en los sectores
aledaños a la Maná, especialmente en Pucayacu, y una infinidad de restos de
cerámicas correspondientes a esta cultura, incluso disgregadas sin ningún
cuidado, ni valor en el suelo de las haciendas, entre las plantaciones de
banano, en las casas de los habitantes, etc.
(Coe, Snow y Benson. América Antigua. Civilizaciones precolombinas. Barcelona,
Círculo de Lectores, 1989)
En el PDOT de la Maná encontramos datos que al
contrastar con la bibliografía no tienen coherencia, como por ejemplo:
“Según
investigaciones arqueológicas existen verdaderos cementerios llamados tolas,
encontrados en Pucayacu, Estero Hondo, San Pablo, San Antonio, San Agustín de
Manguila y zonas de influencia inmediata al Cantón La Maná, que datan de unos
cuatro mil años antes de la era de Cristo, en comparación a los encontrados en
las Parroquias de Manabí y Guayas.”
(PDOT, La Maná, pág 11)
Pues según Estrada y otros
investigadores solo 600 años antes de Cristo inició esta Cultura llamada Tolita
y por lo tanto sus expresiones culturales y artesanías no podrían datar de 4000
años antes de Cristo como señala este documento.
Por otro lado, la presencia de los Tsáchilas en los territorios lamanenses
entre la colonia y durante la república es una afirmación no muy precisa en el
tiempo, hecha por Estrada, previo a algunas inferencias. El argumento central es que los Tsáchilas en
su etapa nómada pasaron en múltiples ocasiones por la Maná, pero se alejaron
debido a la inclemencia del clima, a las plagas, etc. Aunque el siguiente argumento no lo podemos
sostener bibliográficamente sí está presente en las mencionadas entrevistas a
las personas del lugar, y podríamos inferir de algunos postulados de la
bibliografía que poseemos: Los descendientes de la cultura Tsáchila en los
primeros años del siglo XX aún habitaban las tierras que son hoy propiedad de
los lamaneces. “Una
familia de los colorados vivía en unas cabañitas hechas por ellos mismo, cerca
del río, con quienes el finado Carlos Lozada, cuando trabajaba de empleado de
los montoneros de Alfaro que sacaban caucho en estas tierras, se relacionaba
regalándoles comida…” (Entrevista: Angélica Semante). La Maná fue habitada por los tsáchilas… -pues-
el sector se han encontrado vestigios de su presencia, como pedazos de barro en
forma de cachos, estatuillas zoomorfas con adornos en alto relieve, crisoles de
barro donde presumiblemente se fundían metales, como el oro que abundaba en las
montañas. (PDOT, La Maná)
Aunque
el siguiente es un dato compartido entre la historia y la geografía, vamos a
resaltarlo aquí, porque en las conversaciones con el Arq. Albán, al igual que
en PDOT, se mantienen. “Así mismo se
conoce que las montañas que circundan La Maná eran 1000 metros más altas que
las actuales, pero debido a la erosión, al viento, al desplazamiento por las
lluvias ha sido arrastrado el material pétreo por los Ríos Calope y San
Pablo.” (PDOT, La Maná). Información para la que no hemos logrado
encontrar sustento.
Los
primeros datos que se tienen en los albores de los años 1900 son los
encontrados en el libro Visión histórica del Cantón La Maná:
“Las tierras que hoy corresponden Guasaganda pertenecieron a la familia Arcos
pues se extendía desde Salento hasta la Unión; lo que hoy corresponde a San
José del Estero perteneció a la familia Vásconez Cepeda, y lo que hoy es La
Maná desde Puembo hasta la Unión era dueño la familia Cañadas; este sector fue
vendido al Sr. Julio Rivadeneira.” (Mora,
1998)
El
señor Rivadeneira no puede asumir su propiedad con dedicación y presencia debido
a la distancia y a la ausencia de medios de transporte, por lo cual contrata al
señor Reynaldo Albarracín como administrador de la Hacienda La Maná, a quien
posteriormente le encarga la venta de la misma.
(Mora, 1998) Acorde a la entrevista a la Señora Angélica,
sabemos que Carlos Lozada, junto a su primera esposa, Beatriz, y a su cuñado
Gonzalo Albarracín, eran los únicos habitantes en la hacienda además de los
nativos ya mencionados. Además sabemos
de la misma fuente que Gonzalo era una persona enfermiza, cuya apariencia
mismo, dejaba relucir esta realidad. Con todo esto, don Gonzalo quería regresar
a Pujilí o a cualquier otro sitio menos inhóspito, razón por la cual Carlos
busca disuadirlo de este objetivo, con el ofrecimiento de comprar La Maná con
los ahorros de su trabajo en la extracción de caucho. De acuerdo al PDOT diremos que oficialmente
en 1926, aparece el nombre de La Maná, en la escritura pública que otorga el
Sr. Julio Rivadeneira, a los señores Carlos Lozada Quintana y Gonzalo
Albarracín.
Haremos un paréntesis a la
narración histórica para meternos en los laberintos del nombre “La Maná”. Podemos decir que existen varias hipótesis
que trataremos de analizar a continuación, pero así mismo es necesario decir
que lo único seguro, en base a las entrevistas y fuentes bibliográficas, es que
no existe una interpretación exacta y oficial, por la razón que los relatos que
se poseen por las referencias ya mencionadas solo llegan con cierta seguridad
hasta la persona de Carlos Lozada, y el nombre viene de antes, tanto que en la
escritura pública, en la que don Rivadeneira vende estos terrenos ya los llama
“La Maná”. Ahora bien, nos hemos dado
cuenta que para los estudiosos de este tema, a quienes nos hemos acercado
bibliográfica o personalmente, no se trata de descubrir cuál de las teorías es
la verdadera, o única, sino que se cree que entre ellas se complementan, y
sustentan el valor que La Maná como punto central, geográfico, magnético e
incluso histórico, tiene en el tiempo y en el espacio. La lógica es diferente, no busca probar una
teoría por sobre otra, pues parecería que colocan la una junto a la otra, como
presentando un entramado solidario, cuya interrelación sostiene el valor único
y central, que a su parecer tiene La Maná.
La Maná viene del quichua mana que significa no, pues para Victoria Mora, los indígenas tenían miedo de venir a
estas tierras por lo malsano del clima, y la llamaron con esta negación. A nuestro parecer esta hipótesis tiene poco
sustento debido a que no existen vestigios de quichua hablantes en estas
tierras, o cerca, como para influir en el nombre.
Otra hipótesis viene desde el
dialecto colorado, que según la misma Autora, Mana significa para los Tsáchilas
“hermoso, bello”. Lastimosamente en su libro no encontramos
referencia alguna que sostenga esta idea, ni hemos logrado contrastarla con
ninguna otra fuente que sustente esto.
Para la misma autora, como
para el Arq. Albán, La Maná también viene del vocablo “Lang mana atti”, que a
su parecer significa La Mina del gran rey.
Ahora bien, cuando pudimos hacer las preguntas pertinentes a cerca de a
qué idioma pertenecen estos vocablos no nos supieron contestar, y para Albán es
Latín, idioma en el cual no existen estas expresiones.
En lo que concuerdan todos es
en la interpretación semita-religiosa, tradición en la que existe la expresión
“El Maná”, como divino alimento bajado del cielo, o como algo magnífico,
acercándose así a la intención que a nuestro parecer buscan probar los autores.
Para Juan Xavier Neira,
apoyándose en Albán existe otra hipótesis, Mana en el “diccionario filosófico”
significa poder de atracción, centro magnético, lo que se asocia al vocablo
pasquense –de la isla de Pascua, Chile- Mana, que se usaba según Sebastian
Engel, estudioso del tema pasquense, para designar a la energía que desplazó y
levantó los Moai de la isla de Pascua. (http://documentalhaymana.blogspot.com/2009/10/el-mana.html).
Ahora bien, al analizar esta opción vemos que no tiene fundamento, pues
nuevamente volvimos a preguntar en las entrevistas, en qué diccionario
filosófico está esto, pregunta que nunca fue contestada, y al investigar en
varios diccionarios filosóficos de la PUCE, y del internet, no existe esta
palabra.
El
señor Carlos Lozada con actitud altruista y debido a sus estudios en Ingeniería
Civil, logra ejecutar su planificación de cada sitio de La Maná. Donó todos los lotes necesarios para las
plazas, parques, calles, escuelas y más servicios indispensables para el
bienestar comunitario, pero con una lógica que nos llevaría a pensar que ya
todo estaba planificado en su mente.
Coincidencialmente
se descubren los lavaderos de oro en Estero Hondo, lo cual impulsó un
movimiento migratorio interesante, desde otros confines de la Patria. Expertos
en lavar oro como los azuayos y gente de Portovelo aparecen por primera vez en
la historia de La Maná, aficionados a la minería y tala de montañas, entre
ellos Abdón Sevillano, quien contribuyó a la formación de La Maná, pues explotó
la montaña trayendo para ello a mucha gente costeña que más tarde se quedaron a
vivir en este lugar. El Sr. Rogelio Cevallos instaló el primer botiquín y se
dedicaba a tratar enfermedades por lo que se lo conoció como el “Dr. Alka
Seltzer”, pues era el médico del pueblo.
(PDOT)
En 1938 se inicia la fiebre
del oro en Macuchi, vinieron mineros de diferentes lugares, pero su explotación
fue rudimentaria.
En
1939 la Cotopaxi Explotation con tecnología de punto para la época explota
dichas minas, con ello se construye una carretera desde Quevedo hasta esos
lugares, beneficiando económicamente a Quevedo, Macuchi, La Maná, La Unión y
Valencia.
Ya en
1943 la vía permitía el acceso a la Maná desde Latacunga, acontecimiento que
aumentó la explotación de madera, especialmente de balsa, así como la
exportación a centros de consumo como: Europa y U.S.A. Ahora bien, además de la madera aumenta la
demanda para estos mercado de productos como el cacao y el caucho.
En 1947 se descubrió los
lavaderos de oro en Estero Hondo – En la Maná – por Carlos Lozada, Ventura
Neto, Gonzalo Albarracíny Cornelio Laso en el Moral descubrieron Juvenal Gallo
y su hermano; estos hombres era explotadores de caucho, así que por casualidad
al coger el agua del río ven con sorpresa pedazos de oro, esto motivó a que los
cuatro amigos anunciados primeramente sigan sacando el metal precioso y lleven
a la venta. Con el descubrimiento del
oro mucha gente quiere vivir en La Maná o cerca de ella, incluso los habitantes
de Quevedo quisieron extender sus límites hasta el puente Pucayacu para que
esta ricas tierras en minerales pertenezcan a su jurisdicción, por otro lado
las autoridades de Pujilí buscaban un sitio en la Unión con el mismo fin.
A continuación mostramos un
diálogo con Carlos Lozada, que permite zanjar el problema con un grupo de
personas, autoridades políticas del país, cuyos nombres se desconocen:
“Si lo que se
quiere es poner límites entre las dos provincias, yo donaré a la hacienda La
Maná el terreno suficiente para la construcción de la Iglesia, escuela, plaza,
estadio y otros menesteres, además realizaré la parcelación de terrenos para
solares, calles y formar una gran ciudad para que no se intente por parte delos
quevedeños llevarse nuestro territorio….” (Mora, 1998)
Aparece
así el Recinto La Maná, con una población infantil muy alta, por lo cual los
padres de familia crean la primera escuela particular llamada “San Carlos” en
homenaje a Don Carlos Lozada Quintana.
Esta escuela funcionó desde 1947, y aparte de su función educativa servia como
sala de uso múltiple, cine, sala de recepciones y hasta de Capilla.
La
única vía de acceso de Pujilí a Quevedo se conocía con el nombre de “SIETE
LOMAS”; unía los sitios de Pilaló, Choasilli, San José, Chipe y Quevedo. Es
necesario indicar que la compañía que explotaba el oro en Macuchi conocida como
“EXPLOTATION COTOPAXI COMPANY” fue la que construyó la carretera hasta Quevedo,
la misma que hoy es la calle principal del centro urbano de La Maná y se
denomina Avenida 19 de Mayo.
A
continuación los autores coinciden en narrar el proceso de parroquialización y
cantonización, pero hemos adjuntado a continuación una síntesis que a nuestro
parecer es bien lograda en el PDOT de la Maná.
En 1952 los
moradores se organizan animados, por la fe, la esperanza e inician las
gestiones para conseguir la parroquialización, quedando aprobada la Ordenanza
de Parroquialización en Pujilí el 22 de noviembre de 1952, mediante Acuerdo
Ejecutivo No. 593 expedido por el Presidente de la República el Doctor José
María Velasco Ibarra, se publica en el registro oficial No. 148 el 25 de
febrero de 1953.
Por
inconvenientes limítrofes con la Provincia de Los Ríos, mediante acuerdo
ejecutivo No. 817 de fecha 31 de julio de 1953, el Presidente José María
Velasco Ibarra quita la categoría de parroquia a La Maná y lo vuelve a recinto,
dejando insubsistente el Acuerdo Ejecutivo anterior. Esta acción, lejos de
desmoralizar a la población, condujo a la euforia y los ánimos para
reconquistar el don preciado.
El
decreto legislativo s/n del 2 de noviembre de 1955 y publicado en el registro
oficial No. 988 del 7 de noviembre del mismo año establece los límites
definitivos entre el cantón Quevedo y Pujilí por lo tanto de las provincias de
Los Ríos y Cotopaxi respectivamente.
El pueblo de la
Maná acude nuevamente al Municipio de Pujilí a solicitar nueva ordenanza, es
así que el Presidente Dr. Camilo Ponce Enríquez mediante decreto ejecutivo No.
1100 del 30 de septiembre del 1957 aprueba la parroquialización definitiva de
la Maná y se publica en el registro No. 340 del 18 de octubre de 1957.
El
primer teniente político de la Maná que asume las funciones de este pueblo,
recae en la persona del Sr. Carlos Lozada Quintana, el 15 de septiembre de 1965
La Maná es elevada a parroquia.
En la Presidencia del General Guillermo Rodríguez Lara se consigue
el Colegio Nacional La Maná el 12 de marzo de 1975. Esta parroquia iniciaba una
nueva vida contando con energía eléctrica, agua potable, escuelas, colegios y
por último el asfaltado de la vía La Maná- Quevedo, por parte de la empresa
CONCIVIL., que reducía las dificultades de comunicación en apenas 35
Kilómetros, gracias al apoyo de los gobiernos provinciales de turno.
Una vez
establecida la Parroquia nace la idea de la cantonización, hasta que el 20 de
mayo de 1976, se constituye el comité pro-cantonización que fue presidido por el Sr. César Medina Páez. El
pueblo de La Maná representado por su comité de Cantonización insiste ante la
entonces, Cámara Nacional de representantes. La comisión Legislativa de lo
Civil y lo Penal, envía el Proyecto de ley de Creación del Cantón La Maná, en
la Provincia de Cotopaxi en el que manifiesta que “...Previo al cumplimiento
de requisitos exigidos por la ley, el
Proyecto de cantonización de la Maná ha sido APROBADO en dos discusiones
distintas...”.
El 10 de agosto de 1984 asume la Presidencia de la República el Ing. León
Febres Cordero y nuevos Diputados, y se propone la RATIFICACIÓN del informe del 13 de febrero de 1981, por lo
que resuelve solicitar el reconocimiento y aprobación de la Cantonización de la
Maná, por parte del Congreso Nacional el
18 de julio de 1985 al Ing. Raúl Baca Carbo, Presidente del Congreso Nacional.
EL PLENARIO DE
LAS COMISIONES LEGISLATIVAS PERMANENTES, en sesión del 20 de noviembre de 1985,
aprueba el primer debate del proyecto de ley que crea al Cantón La Maná. La segunda y definitiva aprobación se
convierte en realidad a un costo muy alto, en desmembración territorial a favor
de Los Ríos, el día jueves 24 de abril de 1986, después de 29 años de
Parroquia, siendo Presidente de la República el Ing. León Febres Cordero, el 12
de mayo de 1986, posteriormente se envía al Registro oficial para su
publicación EL LUNES 19 DE MAYO DEL MISMO AÑO. Inmediatamente se iniciaron los
preparativos y se organizo el primer comité de fiestas para celebrar este magno
acontecimiento, siendo Presidente el Ing. Rodrigo Armas
El 5 de octubre del año 1986, se realizan las primeras elecciones en donde se
eligen a los primeros Concejales de La Maná. Posteriormente se constituye el
primer Concejo, siendo el primer Presidente de Concejo el Sr. Benjamín Sarabia,
sucedido por el Sr. Rogelio Cabrera, el Sr. Dorian Gómez de la Torre ocuparía
la Presidencia del Concejo en un primer período y seguidamente como Alcalde en
1996; en el año 2000 el Ing. Rodrigo Armas asume esta dignidad, sucedido por la
Sra. Sandra Gómez de la Torre, actual Alcaldesa de La Maná, constituyéndose en
la primera mujer que ha tenido el honor de representar a este cantón, elegida
mediante voto popular desde el 5 de enero de 2005. (Alcalde Nelson Villareal -
2009)
El pueblo de La Maná, es hoy la
segunda ciudad mas poblada de la provincia de
Cotopaxi, y uno de los cantones más productivos del país. [1]
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