martes, 5 de abril de 2011

Suicidio en los niños y adolescentes

INTRODUCCIÓN
El presente trabajo está inspirado en la teoría de Miguel de Zubiría Samper, quien en su libro CÓMO PREVENIR LA SOLEDAD, LA DEPRESIÓN Y EL SUICIDIO EN NIÑOS Y JÓVENES, presenta como eje central la crianza por parte de los padres de familia.  Desde ahí partiremos en este ensayo para explicar lo que vemos importante resaltar y transmitir.  De acuerdo al “tipo de crianza” podemos identificar algunas dimensiones importantes para la vida: Las inter-relaciones, las intra-relaciones, y la resiliencia.  Haciendo cierto paralelismo nos referiremos a las consecuencias de no vivir equilibradamente dichas dimensiones, soledad, depresión y fragilidad.  Como última idea resaltaremos que el sucidio es un proceso, del cual es impresindible identificar cada uno de los pasos del mismo, para tener una concepción más real.   Todo lo anterior se concatena al decir que este conocimiento debe ser propio de todos los agente educativos.  Es decir, no es solo misión de los maestros, o solo de los padres (aunque ellos son los principales responables), o de los pares.  Creo que es misión de todos conocer e identificar etapas y actitudes que nos permita luchar juntos de frente a la vida.

CONCEPTUALIZACIÓN
Hablar de la relación entre escuela y familia en la crianza y formación de los niños es ciertamente  válido, pero queremos resaltar que esta misión es responsabilidad principal de los padres de familia.[1]  Evadirla no garantiza una vida de bienestar, y autonomía, para los niños, y ese riezgo no se puede correr.  Por esta razón, y aunque en la escuela se colabore, trataremos de especificar tres tipos de crianza, presentes en la actualidad, unas más que otras, pero que depende de los papás: La crianza represiva, la crianza permisiva, y la crianza formativa.  La crianza represiva se refiere a aquella en la que el sufrimiento, el esfuerzo y el sacrificio puestos por los formadores hacia el niño es innecesario.  No estamos hablando de aquel dolor que ciertamente es formador, y que en ocasiones lo mejor es afrontarlo.[2]  Sí de un trato autoritario e incluso violento que en algunos momentos de la historia se ha vivido con ciertas intensiones buenas, pues todos los padres quieren lo mejor para sus hijos.  Con esta última idea desembocamos en la crianza permisiva, en la cual el hijo o la hija no tienen límites, donde el método para conseguir lo deseado es simplemene pedir.  La criaza permisiva trae como consecuencia un problema psicológico serio: le bloquea al niño dos funciones psicológicas definitivas: anhelar y apreciar.[3]    Finalmente hemos llegado a la crianza formativa, que es de cierta forma ecléctica con respecto a las dos anteriores.  No toda la vida es grata; ella incluye muchas situaciones y periódos extensos de malestar, dolor y sufrimiento.[4]  Sí es cierto que esta crianza exige fortaleza, renuncias, y también diálogo, comprensión, no abuso de autoridad, ni exposición sádica al dolor.  Encuentra un cierto equilibrio, pero toma lo valioso de cada una de las anteriores.

De acuerdo al tipo de crianza, decíamos, se desarrollan o no algunas dimensiones básicas de la persona.  Por ejemplo, veremos las consecuencias de la crianza permisiva; un niño cuyos padres siempre le consintieron en todo, y nunca aprendió el valor de esforzarse para conseguir algo, además hijo único, y todo estaba solo a su alcance, jamás se vio expuesto  a dificultades que resolver por sí mismo; difícilmente desarrollarácon equilibrio las tres dimensiones: interpesonal, intrapersonal y resiliencia.  No ha fortalecido la dimensión interpersonal, pues le ha hecho falta interactuar con otros,  tampoco creemos que su dimensión intrapersonal de capacidad de confrontación consigo mismo será muy formada, pues requiere de la confrontación con otros para reconocerse yo. En cuanto a la dimensión de resiliencia, no solo en el sentido de soportar las difiucultades, para luego volver al mismo lugar, sino en cuanto a la capacidad de afrontar y superar los problemas, difícilmente lo ha desarrolado, pues no aprendió a valerse por sí mismo, y dependió desde siempre de sus padres.

Vemos entonces que tratar de generar todas las condiciones para el máximo bienestar de los niños, evitándoles problemas y sufrimientos, como aparenta ser la mejor opción, en realidad ocasiona bloqueos, atrofia dimensiones, causa en definitiva más daño que dejarles afrontar con autonomía los problemas, aunque con la vigilancia y la presencia necesaria para guiar y acompañar. Atrofiadas parte o algunas de las dimensiones básicas, antes mensionadas, las consecuencias son las siguientes: soledad, depresión y fragilidad.  La soledad viene de la falta de capacidad para el diálogo e interacción con los otros.  Es distinto a la necesidad de estar solo para decidir, pensar y reflexionar con autonomía, pues se refiere en esta ocasión al sentirse aislado o auto aislado.  La falta de capacidad intrapersonal, es decir de estar consigo mismo, de autoconfrontarse, de revisarse también genera un problema, pero es el peor de todos en torno al tema que estamos tratando, la depresión.  Finalmente, la fragilidad o resiliencia atrofiada, no permite afrontar los problemas y salir adelante a pesar de que estos sean muy duros.  Podemos darnos cuenta que mucha gente en el mundo vive problemas muy duros, y mucho menores que otros, pero en algunas ocasiones vemos que los que tienen problemas más graves, no son los que se encuentran frustrados, pues tratan de ver la forma de salir de ellos, mientras que algunos, que tienen los menos graves pueden sentirse atados y no encontrar un camino para sortear dichaas dificultades.
Todo lo anterior ha sido un preámbulo, bases que hemos fundido para sentar sobre ellas este tema del suicidio, considerado hoy una epidemia.  En resumen queremos decir que es un proceso, por más espontaneo que se considere tal o cual ejemplo, de ahí que es importante distinguir entre el detonante y las causas reales del suicidio.  Alguien se suicida porque su pareja le dejó ese día, pero es esa la causa real de esta decisión.  Con seguridad no lo es.  Está debajo de ella las causas reales, pues muchos pierden su pareja todos los días y siguen viviendo.  El asunto grave y real hace referencia a la fragilidad, soledad y depresión que experimentaba esta persona desde hace tiempo atrás.[5]  Presentamos sintéticamente el esquema suicida o pasos de este proceso: Pesimismo, ideación, plan suicida, evento detonante, intentos.
 El pesimismo lo observamos cuando el individuo deja a un lado sus actividades preferidas, sus ideas son cada vez más negativas, se vuelve apático, nada le satisface ni le conmueve.  A continuación la ideación es dar cabida a las ideas o las posibilidades de el evento suicida, analizar las ventajas y desventajas racionalmente.  Luego se piensa en la forma o el plan a ejecutar para llevar a la práctica el suicidio, buscar el lugar, los medios y el momento oportunos.  Así, cuando se presenta la situación detonante, únicamente se recurre a lo que antes ya se ha planeado y preparado, de alguna forma este paso no es más que una excusa, por más fuerte y traumática que sea.  Cada quien decide dejarse afectar y la magnitud de la afección de los problemas y situaciones externas.  Ahora, finalmente vienen los intentos, y estamos usando el plural, pues muchos lo intentan varias veces, pero cada una de ellos no son más que la práctica y continuación de lo ya pensado y hecho en todo el resto del proceso.  Démonos cuenta que no es un hecho fortuito, de ahí que es aún mayor nuestra responsabilidad el identificar estas acciones y actitudes con el fin de luchar por la vida. 
Vemos que la influencia de los tres factores desarrollados anteriormente, fragilidad, depresión y soledad, al jutarse son un riezgo bastante peligroso.  Estas incompetencias afectivas son más importantes que las intelecuales.  De qué sirve la comprensión, la expresión racional, si no somos capaces de sentirnos amados, felices, respetados e ilusionado por vivir. Quien vive la soledad está pasando por situaciones difíciles en su vida, pero si la experiencia es además de fragilidad, y de depresión, hay muchas más posiblidades de que se dé el triste hecho de la auto supresión.  Es realmente complicado que los maestros y padres, a pesar de la escasa formación y carencia en la posesión de herramientas afectivas, puedan no darse cuenta de lo que está pasando con sus niños y jóvenes.[6]  No tienen ingerencia alguna, luego de ver los pasos que consecutivamente sigue un individuo en la agonía de la soledad, la depresión y la fragilidad.  Además, muchos  niños o jóvenes expresan abiertamente su insatisfacción ante la vida, ante los sueños que sus padres les proponen.  La peor sensación de fracaso se tiene, al constatar que en la realidad, no hemos vivido, que no se nos ha considerado como seres humanos independientes, que nunca se nos ha escuchado, que jamaz se nos ha pedido una  opinión, que se nos ha tratado como un mueble, como propiedad ajena, eso es lo que ocurría públicamente con los esclavos.[7]  

Lista:
·         “Promuévales la oportunidad de jugar e interactuar con otros niños de su edad, e incluso de atravezar conflictos.  Si aprender a interactuar con solvencia, nuca sufrirá el tremendo dolor de sentirse solo.
·         Hable con sus hijos sobre sus relaciones y sobre los valores.  Ayúdeles a tomar conciencia de cada relación y de cómo funciona.
·         Póngales atención sin desestimar sus preocupaciones y sentimientos.
·         No se trata de que los padres les soluciones los problemas a sus hijos.  La resolución y la ejecución están en manos del niño odel joven.
·         Hable con sus hijos sobre los sentimientos.  Si ellos aprenden a identificar sus propias emociones y sentimientos, podrían ser capaces de reconocerlos en sus semejantes, y así promoveran en sus hijos el ser compasivos o empáticos con los otros.
·         Hablar con los niños sobre temas varios y estimularlos a que ellos lo haga también desde pequeños.
·         Foménteles la costumbre de pensar en los demás y en los efectos que pueden tener sus actos sobre quienes los rodean.
·         Mantenga una actitud constructiva frente a los contratiempos interpersonales que pueden sufrir sus hijos y motívelos a reaccionar de la misma manera.  Los niños hábiles interpersonalmente son resilientes.”[8]

2.       Bibliografía
De Zubiría Samper, Miguel, LA AFECTIVIDAD HUMANA, Fundación Internacional de pedagogía conceptual, 2007
De Zubiría Samper, Miguel, CÓMO PREVENIR LA SOLEDAD, LA DEPRESIÓN Y EL SUICIDIO EN NIÑOS Y JÓVENES, Aguilar, 2007
Angeletti, FAMILIA – ESCUELA, Bonum, 1999.


[1] Cfr., De Zubiría Samper, Miguel, CÓMO PREVENIR LA SOLEDAD, LA DEPRESIÓN Y EL SUICIDIO EN NIÑOS Y JÓVENES, Aguilar, 2007, pág. 95
[2][2] Cfr., Ibid, pág 30
[3] Ibid, pág 26.
[4] Ibid, pág 37.
[5] Cfr., Ibid, pág 63
[6] De Zubiría Samper, Miguel, LA AFECTIVIDAD HUMANA, Fundación Internacional de pedagogía conceptual, 2007, pág 116
[7] Op. Cit., de Zubiría Samper, Miguel, Pág 47
[8]Cfr., Ibid, pág 107-108