viernes, 10 de abril de 2015

FEMINISMO POSESTRUCTURALISTA

Aportes al análisis del discurso social y al pensamiento histórico

PALACIOS TAMAYO, CHRISTIAN
Universitat Autònoma de Barcelona
tdcunet@hotmail.com


El presente documento pretende hacer explícitos los principales argumentos de los que se nutre el Trabajo de Fin de Master denominado: Análisis del discurso y pensamiento histórico en las autobiografías de los estudiantes ecuatorianos migrantes en Cataluña; de las reflexiones de la investigación educativa, enfocadas desde una mirada del feminismo Posestructuralista.  Para extraer estos argumentos hemos analizado con detenimiento los siguientes textos: “Localizaciones foucaultianas en la investigación de las pedagogías posestructuralistas crítico-feministas” de Montserrat Rifà Valls; y, “El posmodernismo y las políticas de ilustración” de Patti Lather. Siendo así, en primer lugar expondremos los conceptos clave del Trabajo de Fin de Master; es decir, discurso social y pensamiento histórico.  Posteriormente expondremos los planteamientos teóricos recogidos de la Investigación en educación desde la mirada del feminismo posestructuralista, en base a lo encontrado en los artículos antes mencionados. Finalmente evidenciaremos los puntos de encuentro entre estos dos planteamientos, que beben a fin de cuentas de vertientes similares.

Para entender los aportes de la Investigación Educativa desde la perspectiva posestructuralista al T.F.M. en mención, es importante enunciar brevemente las ideas principales de dicho Trabajo.  Solo ahí entenderemos los puntos de encuentro y de cuestión.  De esta manera, nos posicionamos teóricamente desde el Discurso Social y la elaboración de Marc Angenot, para quien: “Hablar de discurso social es abordar los discursos como hechos sociales y, a partir de allí, como hechos históricos.  También es ver en aquello que se escribe y se dice en una sociedad, hechos que funcionan independientemente de los usos que cada individuo les atribuye…”.  (Angenot, 2010, p. 23)  Desde allí, el Análisis del Discurso Social pretende identificar elementos discursivamente hegemónicos, comprendiendo hegemonía como: “…un conjunto de mecanismos unificadores y reguladores que aseguran a la vez la división del trabajo discursivo y un grado de homogeneización de retóricas, tópicas y doxas transdiscursivas.  (Angenot, 2010, p. 31)  Lo central de estos mecanismos de hegemonía es que imponen aceptabilidad sobre lo que se dice y el cómo se dice, además se estratifican en grados y formas de legitimidad, determinan maneras aceptables de narraciones y de argumentaciones; pero incluso, aparecen como sistemas que se regulan por sí mismos, sin que haya detrás de ellos “un director de orquesta”. (Angenot, 2010)

Otro concepto central del T.F.M. es el pensamiento Histórico, el mismo que para Seixas y Morton (2013), puede definirse como el proceso creativo que realizan los historiadores para interpretar las fuentes del pasado y generar las narrativas históricas.  En tanto que para los didactas de las Ciencias Sociales este concepto no es prerrogativa de los historiadores, sino un conjunto de habilidades que permiten a las personas comprender el pasado y con ello, dar sentido al presente. (Henríquez, 2009)   El grupo GREDICS (Grupo de Recerca En Didáctica de las Ciencias Sociales) aporta con un modelo de investigación para el Pensamiento Histórico, el mismo que pretende comprender cómo se aprende a pensar históricamente. El mencionado modelo se basa en los cuatro aspectos fundamentales de la formación del pensamiento histórico: “a) La conciencia histórico-temporal; b) La representación de la historia a través de la narración y de la explicación histórica; c) La empatía histórica y las competencias para contextualizar; d) La interpretación de la historia a partir de las fuentes.” (Santisteban, González & Pagés, 2010)

Ahora bien, enumeramos a continuación los planteamientos teóricos del feminismo posestructuralista que hemos extraído de los dos artículos mencionados:  1) Comprensión del posmodernismo como situación histórica que debe ser afrontada, mas no como algo que  anticipadamente debe ser: deplorado o celebrado.  2) Descentramiento del sujeto y contribución a problematizarlo como herramienta poderosa mediante la cual desnaturalizarnos e involucrarnos en el cambio social 3) Cuestionamiento al sujeto moderno que se auto-determina en lo político, en lo legal, en lo social y en lo estético.

Comprender al posmodernismo como situación histórica a ser afrontada y no como algo que anticipadamente debe ser deplorado o celebrado implica comprenderlo como un concepto mediador y como una oportunidad, pues podemos aprovechar su nueva lógica cultural que cuestiona las grandes narrativas legitimadoras de las teorías fundamentales, y con ellas, las jerarquías y las estructuras hegemónicas de injusticia. (Lather, 1992)  Nos referimos además a que, el posmodernismo pone en evidencia todo lo que no sea teoría local, contingente, y la insistencia de un yo fragmentado y descentrado.  (Lather, 1992, p. 14) Por lo tanto, se presenta como una postura que tiende inevitablemente al relativismo, pero entendido éste como una posibilidad intelectual y no como un problema. Para Hartsock, en Lather (1992), el relativismo es visto como un problema únicamente por los grupos dominantes, en el momento en el que éstos ven amenazados sus puntos de vista hegemónicos, aquellos que les ubican en un sitio privilegiado con respecto a los demás sujetos.

El objetivo primordial del feminismo posestructuralista lo hace evidente Teresa de Lauretis, cuando plantea la rearticulación del sujeto desde su nueva concepción organizada en torno a variables de diferencia y de movilidad. (Rifà, 2005)  Promueve una visión desde los márgenes políticos, epistemológicos y personales basada en la desidentificación y la desnaturalización, capaces de permitirnos un desplazamiento hacia lugares desconocidos en donde podamos construirnos como sujetos excéntricos.  Los términos sujeto y subjetividad, de cuño posestructuralista se enfrentan radicalmente  contra las concepciones esencialistas y humanistas del individuo, pues son categorías que no son ni estables ni universales, sino que son renegociadas constantemente en la interacción con los grupos que les otorgan significaciones en contextos sociales e históricos específicos.

Las teorías posmodernas del lenguaje, de la subjetividad y del poder han atacado en varios frentes al discurso de la emancipación que pregona el sujeto moderno, en sus diferentes dimensiones sociales.  Este discurso posmoderno nos hace explícito el hecho de que no somos los autores de las maneras en que entendemos nuestras vidas, pues estamos sometidos a regímenes de significado, y nos vemos implicados en una autoproducción discursiva en la que intentamos producir cierta continuidad y coherencia. (Lather, 1992)

A manera de conclusión explicitamos los puntos de encuentro y de cuestionamiento entre: El discurso social y el pensamiento histórico, en relación a los aportes del feminismo posestructuralista, teniendo en evidencia la concreción del Trabajo Final de Master denominado:  Análisis del discurso y pensamiento histórico en las autobiografías de los estudiantes ecuatorianos migrantes en Cataluña.

El primer punto de encuentro entre el discurso social, el pensamiento histórico y las teorías feministas posestructuralistas es el relativismo, pues se hace evidente la debilidad metodológica en el levantamiento de la información cualitativa, la misma que se hace necesaria para obtener las autobiografías de los estudiantes antes mencionados.  Para lo cual, en la metodología de la investigación del T.F.M. hemos recurrido a propuestas que procuran “…una particular visión de contar las historias que median en las investigaciones y en las epistemologías que contribuimos a legitimar…” (Rifà, 2005, p. 288) Además, con Lather creemos necesario, desde la especificidad de este tema de investigación, analizar las formas del discurso que son producidas e inventadas por los investigadores (Rifà, 2005)

El siguiente punto de encuentro converge en cuestionarnos sobre el tipo de investigador que somos, queremos y podemos ser.  Dos respuestas podemos ofrecer a estas preguntas, y precisamente desde una perspectiva foucaultiana.  La primera tiene que ver con la ocupación/producción de posicionalidades subjetivas específicas en nuestros tránsitos, dentro de los contextos culturales específicos, desde donde se relacionan identidad y diferencia. (Rifà, 2005)  En mi caso, desde mi realidad de estudiante en la Universidad, y también desde mi condición de migrante en Cataluña.  Así mismo está relacionado desde la reconceptualización del papel de investigador y estudiante hacia un intelectual específico, que en la visión foucaultiana se contrapone a la del intelectual universal. (Rifà, 2005, p. 284)  De ahí que el presente T.F.M. aborda un sector bastante específico, con la intención de adquirir una conciencia más inmediata y concreta de las luchas, en este caso de los jóvenes migrantes de mi país en Cataluña.

El tercer punto de encuentro se concreta en el análisis del discurso de las narraciones autobiográficas, pues si bien es cierto que no podemos estar ubicados fuera del poder, dado que las relaciones de poder son intrínsecas a todas las prácticas sociales, es importante destacar la capacidad de agencia de los sujetos, es decir, de intervenir en el erosionado terreno posmoderno.  De esta forma también intento “escribir bajo borradura”, o “escribir en posmoderno”; es decir, usar y cuestionar un discurso para retar a las ideas deconstructivas a interrumpir las relaciones hegemónicas y las nociones recibidas de lo que debe ser y de para qué sirve nuestra labor.  Es precisamente ahora, cuando las palabras de Angenot (2010)  en su análisis del discurso social cobran sentido, pues manifiesta que el investigador, al analizar la hegemonía no rompe completamente con ella, pero al menos se resiste a ella, comprendiéndola junto a sus estrategias de acción.  Por otra parte, procuramos en el T.F.M., en otro intento de resistencia, hacer explícitos los relatos autobiográficos de aquellos que no son los protagonistas del discurso histórico oficial y hegemónico, con la intención de analizar no únicamente lo dicho, sino incluso lo no dicho. (Angenot, 2010)



BIBLIOGRAFÍA:

Lather, P. (1992). El posmodernismo y las políticas de ilustración. Revista de Educación, (297), 7-24.
Rifà, M. (2005). LOCALIZACIONES FOUCAULTIANAS EN LA INVESTIGACIÓN DE LAS PEDAGOGÍAS    POSTESTRUCTURALISTAS CRÍTICO FEMINISTAS. Foucault, la Pedagogía y la Educación: Pensar de Otro  Modo, 9, 275.
Santisteban, A., González, N., & Pagés, J. (2010). Una investigación sobre la formación del pensamiento  histórico. R. Ávila Ruiz, P. Rivero García y P. Domínguez (coords.)(2009), Metodología en investigación  en didáctica de las ciencias sociales, Zaragoza, Instituto Fernando el Católico, 115-128.
Seixas, P., Morton, T., Colyer, J., & Fornazzari, S. (2013). The big six: Historical thinking concepts. Nelson  Education.

Vásquez, R. H. (2009). Aprender la historia ajena: el aprendizaje y la comprensión histórica de alumnos  inmigrantes en Catalunya. Enseñanza de las ciencias sociales: revista de investigación, (8), 45-54.

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