domingo, 13 de noviembre de 2011

¿Nativos digitales vs Migrantes digitales?


FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES
TAREA 4
La humanidad ha adoptado diferentes formas de conocimiento a lo largo de la historia; la transmisión oral, desplazada luego por escrita en la imprenta, pues significaba mayor durabilidad en la transmisión de los contenidos, y finalmente la tercera fase, la de la sociedad digitalizada, en la que no hablamos de desplazamientos extremos, sino de incorporaciones creadoras, pues también están presentes las fases anteriores, pero no por separado, sino interrelacionadas, pero mucho mayores, dando así origen a algo nuevo. A este tema de sumo interés nos referiremos en este ensayo.  En los párrafos que nos siguen vamos a tratar de dar respuesta a dos interrogantes: ¿Cuáles son los desafíos de la transmisión y construcción de conocimientos ante el nuevo entorno conformado por las tecnologías de la información y la comunicación y sujetos constituidos como nativos digitales? Y ¿Cuál sería el nuevo papel y características del maestro en este nuevo contexto?

Uno de los desafíos que consideramos importantes es desprejuiciarnos, pues desde nuestra perspectiva, los “transmisores” del conocimiento formal, consideran a las nuevas formas de la información y el conocimiento como de niveles inferiores.  En realidad no es así de ninguna manera.  Si interpretar un texto en diversos géneros literarios no es de ninguna forma, ni más complejo, ni más completo, que abordar los hipertextos; como los juegos de video en tres dimensiones y con un sinnúmero de estímulos sonoros y auditivos; pues mientras realizamos una acción debemos tomar decisiones en tiempo real.  Otro desafío consideramos que es la pertinencia del conocimiento, pues ciertamente son necesarias las destrezas para criticar la realidad, pero también son necesarias las destrezas para hacer preparar un reunión encomendada, descargando un video de Youtube, mientras debemos chatear con los compañeros del trabajo para afinar los últimos detalles de la misma, y también estamos restringiendo el acceso para ciertos individuos a un grupo secreto de Facebook.  Creemos importantísimo reconocer el valor y la presencia de un nuevo tipo de conocimiento que se sirve de algunos de los otros, pero que no se ajusta completamente en el esquema de ninguno de ellos.  Estamos hablando del Conocimiento que le hemos denominado Simulador.  Pues en las realidades virtuales tenemos que emplearlo.  No hablamos de un conocimiento científico ni empírico, aunque requiere de pruebas y de leyes, y tampoco de uno teórico o racional por completo, pues los desborda.  Estamos hablando de las simulaciones, que no son parte del proceso natural de hominización, pero que son importantes como cada una de las partes de dicho proceso a lo largo de la historia.   Nos serviremos de Lévy para explicarlo “…la simulación es un nuevo estilo de razonamiento que no pertenece a la esfera de la deducción lógica ni a la inducción que se deriva de la experiencia. La simulación aparece de esta manera como una extensión cognitiva de los modelos mentales. En este sentido, Lévy considera a la simulación como un proceso de “imaginación asistida por la computadora” (Computer-Aided Imagination), un instrumento que sirve de soporte al razonamiento “mucho más potente que la vieja lógica formal que se fundaba en el alfabeto”.”[1]

Vemos fácilmente la nueva paradójica relación entre maestros y estudiantes.   Pues por un lado encontramos la realidad de los migrantes digitales, que son en su gran mayoría los que deben enseñar el día de hoy; y por otro a los nativos digitales, que se les continúa asignando por tradición el rol de aprender.  Seguro que esto crea rechazo de parte de los nuevos estudiantes. Pues se nota el acento de los migrantes al tratar de enseñar a los nativos su lengua materna, cuando en sus procesos mentales vemos que el orden de los procesos es el mismo de la vieja lógica. (Leer las instrucciones antes de ocupar un aparato nuevo, confirma el envío de un e-mail vía telefónica, etc.)  Entonces, los maestros estamos llamados a plantearnos algunos cuestionamientos.  Por ejemplo, buscar la manera de saltar nosotros esta inmensa brecha generacional, ya que aunque los estudiantes quieran saltar y retroceder, no les será posible. Estamos ya en la interrelacionada torre de Babel, que mientras queremos hablar con los estudiantes, nos percatamos que en primer lugar no les interesa lo que decimos, porque mucho menos les llama la atención el cómo les decimos.  De esta manera será imposible invitarles eficazmente a reconocer el valor a algunas partes del antiguo pero vigente y necesario lenguaje.  Además podríamos pensar si es únicamente la forma lo que debemos cambiar, y mantener el mismo contenido o fondo, justamente, cuando ahora nos hemos dado cuenta que estas dos instancias no son diferentes (dualismo).  Estamos hablando de una misma realidad inseparable en estas dos dimensiones, pues la forma es la única manera de traducir su fondo correspondiente.  El cambio de las formas expresa implacablemente el cambio en el fondo, y viceversa.  Lo que queremos decir en otras palabras, es que no basta con hacer reajustes a las expresiones, pues los contenidos siguen manifestando fondos ya caducos. Digámoslo de otra forma, ¿los conocimientos y competencias -destrezas con criterio de desempeño de acuerdo al Ministerio de Educación del Ecuador- que estamos enseñando tienen alguna utilidad en la vida real-virtual de los estudiantes?  El nuevo papel del docente sería conjugar estos dos lenguajes, porque no se contraponen si somos capaces de dialogar, dentro de lo posible en igualdad de condiciones, para valorarnos mutuamente y enriquecernos los unos los otros.


[1] Lévy en: Scolari, Carlos, DESFASADOS, Otras Voces, s/a, pág. 20.

No hay comentarios:

Publicar un comentario